Te aseguro
que el que no renace de lo alto
no puede ver el Reino de Dios
Nicodemo le pregunto: ¿Cómo un hombre puede nacer cuando es viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el seno de madre y volver a nacer?. Jesús le respondió:
Te aseguro que el que no nace del agua y del espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios
Lo que nace de la carne es carne
y lo que nace del espíritu es espíritu
Juan 3:3-3
Veamos además el siguiente texto:
"En Gabaón, el Señor se apareció a Salomón en un sueño, durante la noche. Dios le dijo: "Pídeme lo que quieras" Salomón respondió:...Da, pues, a tu siervo un corazón que sepa escuchar, para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre el bien y el mal" y Dios le dijo:....te doy un corazón sabio y entendido"
Reyes 3:9
Los textos nos revelan el significado del concepto "renacer de lo alto", renacer del espíritu santo. Renacer de lo alto se conoce como "Gnosis", es "recibir el espíritu santo", en términos prácticos es limpiar y renovar nuestro corazón, nuestros pensamientos y sentimientos, es pedir un corazón benevolente y pacifico hacia el prójimo, hacia el otro. Con un corazón limpio y renovado podemos así ver el mundo y la creación con los ojos de la divinidad y su inteligencia: el entendimiento, es decir la razón que ama el bien.
Recibir el espíritu en otras palabras es arrepentimiento de corazón pidiendo sabiduría a Dios para alcanzar la escucha y la vida eterna, es decir el conocimiento de Dios, con el espíritu se reciben los dones superiores: don de ciencia, don de sabiduría, y de discernimiento, completando los 7 dones del espíritu santo.
Recordemos otro texto: "Dejad a los niños...porque de ellos es el reino de los cielos" Mateo 19
Con un corazón nuevo nos convertimos en personas nuevas y renovadas. Todos tenemos una sombra, un inconsciente lleno de conflictos y aspectos negativos no asumidos. Pedir y recibir un corazón que sepa escuchar es superar y dejar atrás nuestra sombra para recibir todo lo bueno de la divinidad, sus dones y perfecciones para asemejarnos a el y ser sus hijos y así recibir el mayor premio: la inmortalidad y la vida eterna.
El sacramento de la confirmación simboliza, representa este "nacer del espíritu", "el espíritu nos confirma" en las enseñanzas del evangelio.