Jesús dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?
Jesús en la resurrección de Lázaro (Juan 11) habla con Marta, la hermana de Lázaro y le dice: ¿No te dije que si crees verás la Gloria de Dios? Es frecuente en los evangelios las expresiones referidas al ver o al percibir ya sea al reino de Dios o a Dios, por ejemplo: "Nadie puede ver el reino de Dios si antes no renace de lo alto", Juan 3:3.
Las enseñanzas de Jesús tienen un parecido a las enseñanzas de Platón, ambos autores nos explican que hay objetos que pueden ser percibidos por los sentidos como los objetos físicos y objetos que solo pueden ser percibidos con la inteligencia, estos son los entes inmateriales.
Jesús al hablarnos del espíritu nos habla de percibir a Dios y a sus atributos divinos (como por ejemplo la eternidad) con la inteligencia, con el don de ciencia: "Esto es la vida eterna que te conozcan a ti único Dios verdadero", Juan 17:3.
Jesús le pide a Marta no la simple fe que viene de aceptar el credo, (el credo son una serie de afirmaciones que constituyen la base de la doctrina religiosa, por ejemplo en la religión católica esta en la catequesis y la liturgia), sino de aquella fe que proviene del conocimiento y la experiencia, la fe adulta.
La resurrección de Lázaro nos recuerda la importancia de la confianza en dios, dios obra en nosotros a través de sus perfecciones, es decir de sus dones. Jesús como "hijo del hombre", como personificación de las perfecciones de Dios ("yo soy la resurrección y la vida"), nos enseña el don de la resurrección, es decir la inmortalidad perfecta: "Conmovido una vez más, Jesús se acercó al sepulcro. Era una cueva cuya entrada estaba tapada con una piedra. -Quiten la piedra- ordenó Jesús. Marta, la hermana del difunto, objetó: -Señor ya debe oler mal, pues lleva cuatro días allí. -¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?-le contestó Jesús. Entonces quitaron la piedra. Jesús, alzando la vista, dijo: -Padre, te doy gracias porque me haz escuchado. Ya sabía yo que siempre me escuchas, pero lo dije por la gente que esta aquí presente, para que crean que tu me enviaste. Dicho esto, gritó con todas sus fuerzas: ¡Lázaro, sal fuera! El muerto salió, con vendas en las manos y en los pies, y el rostro cubierto con un sudario. -Quítenle las vendas y dejen que se vaya - les dijo Jesús. Juan 11:38-45