Jesus les promete a los discipulos el espíritu santo (gnosis): "Porque todos serán salados por el fuego", Marcos 9:49. Jesús en los evangelios nos habla de las cosas cotidianas de la vida: el pan (Juan 6), la puerta (Juan 10:9), el buen pastor (Juan 10:11). El fuego es un símbolo de purificación e iluminación, recordemos las lenguas de fuego en Pentecostés, en Hechos 2:1-13. La sal simboliza el gusto por la sabiduría (Mateo 5:13). La sal y el fuego son símbolos del Espíritu Santo, esta acción transmutadora tiene en filosofía un nombre: Gnosis. El Gnosticismo, que cultivaba ideas sobre la Gnosis,  fue una corriente dentro del cristianismo durante los primeros siglos.
La Gnosis (nacer del espíritu), es decir recibir al espíritu santo, exige un examen de conciencia pidiendo sabiduría a Dios como el Rey Salomón en el libro Reyes, es así que la esencia del hombre (razón) se transforma conservando la substancia (persona), el espíritu santo transforma la substancia inmaterial del hombre, otorgando la escucha.
Jesús nos habla de nacer de nuevo para ver el Reino de Dios en su dialogo con Nicodemo, Juan 3, este dialogo nos describe la importancia de "recibir el espíritu", la substancia divina, para recibir la perfección de la vida eterna (actividad contemplativa): "esto es la vida eterna que te conozcan a ti único Dios verdadero", Juan 17:3. Vemos el reino de Dios a través del ojo de la mente, del ojo del espíritu.
La Gnosis es la transformación de la razón, es arrepentimiento de corazón, es la transmutación del amor del alma (Philia) en amor del espíritu (Ágape). Con la Gnosis surgen tres dones espirituales: el Don de Entendimiento (razón que ama el bien), Don de Discernimiento (capacidad adecuada para cribar entre el bien y el mal), y Don de Sabiduría (Amor por la Virtud y la Verdad). Abriendo camino a los frutos del espíritu, a través del Don de la Perseverancia y la Vida Eterna (Actividad Contemplativa). En algunas formas de cristianismo en particular la religión católica apostólica romana, el sacramento de la confirmación representa esta transformación del hombre.