La epístola a los romanos escrita por el Apóstol Pablo,  nos explica el verdadero significado de la enseñanza: "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna", Romanos 6:23.
La ley del retorno ("no se engañen de Dios nadie se burla, cada uno cosecha lo que siembra", Gálatas 6:7) es una ley de de carácter universal, en la vida de los hombres hay dos polos, dos posibles destinos opuestos entre si: la ruina y la destrucción, o la vida eterna. Por que dos son los estilos de vida: una vida llena de pecados o una vida de rectitud. La Rectitud se define como la Regla de Oro: "haz por los demas lo que te gustaria que hicieran por ti".Mateo 7:12 La parabola del Buen Samaritano (Lucas 10:25-37) nos explica este problema. Actuamos como el fariseo que sigue de largo o como el samaritano.
La diferencia esta en la empatia que es una facultad del espiritu, el projimo importa o no. Pero esta eleccion va mas alla, por que pecar significa "errar". El pecado es una falta a la razón y al amor a Dios y al prójimo. Cuando pecamos solo estamos interesados en el ego,en el dinero y los vicios, en definitiva estamos centrados en nosotros mismos, o si se prefiere en nuestro "amor propio", es decir nos amamos solo a nosotros mismos. Mejorar y hacer las cosas bien, no importa. La ley del retorno actúa, el retorno a largo plazo del error o el pecado es eso que explica el versículo, la muerte, la ruina.
El medio nos devuelve lo que le damos. El pecado es decir el mal no nos conduce a la felicidad sino a nuestra destrucción. En cambio las buenas acciones, las acciones libres de error, las acciones progresivas, correctas y justan nos conducen a la felicidad perfecta: la felicidad de corazon. Es aqui donde aparece el amor bueno y desinteresado, el amor a Dios y al prójimo. Como vemos las formar del amor se traducen en estilos de vida frente a la sociedad. La ética nos enseña que tenemos que elegir entre el bien y el mal, entre el pecado y la rectitud.
Es una eleccion fundamental del ser humano, no hay terminos medios, en la etica somos salvos o condenados.