La Primera epístola de Pedro es una carta dirigida a las iglesias en Asia Menor: Ponto, Galacia, Capadocia, Bitinia. Fue probablemente escrita por el Apóstol Pedro en Roma. En esta carta que comienza con una acción de gracias, se  hace una exhortación a la vida cristiana y en particular a la santidad, "la fe y la esperanza estan puestas en Dios" 1 Pedro 1:21, pidiendo el amor como gracia, "el amor cubre todos los pecados" 1 Pedro 4:7; recordando la importancia del cumplimiento de los deberes como cristianos respetando a toda autoridad.
Hace en la carta un repaso de los dones del espíritu y en particular, la enseñanza de la palabra, de ser un oráculo para el ministerio y la enseñanza.
¿Pero que es un oráculo?  Analicemos el Don espiritual de la Consulta
Existen dos divisiones filosóficas del hombre: la griega que es: pasión, razón y deseo; y la cristiana: cuerpo, alma y espíritu.
Tomemos la primera división, si en Dios existieran pasiones, existirían varias voluntades distintas ya que la razón y la pasión pueden oponerse entre si.
Por eso decimos que en Dios no hay pasiones, esto ocurre también en las personas que son plenamente semejantes a Dios: los sabios.
La ausencia de pasiones permiten ganancia de habilidades como ocurre con el Don Espiritual de la Escucha (arte de escuchar): escucha (percibe con atención), medita (con intuición e inspiración), decide.
Otro Don espiritual asociado a esta ganancia de habilidades es el Don de la Consulta.
En el estado de gracia podemos consultar los pensamientos de Dios, no es "escuchar voces, sino leer pensamientos", un caso conocido es José que adivina los sueños del faraón (Génesis 41:1-44), a aquellos que logran hacer esto se lo llama oráculos. Este Don, que es propio de los oráculos espirituales, nos permite la disminución del riesgo en la toma de decisiones en contexto de alta incertidumbre. Es por esto que en la antigüedad se usaban los oráculos para consultar sobre temas relacionados con la guerra, el porvenir de algún niño importante, las futuras cosechas, los matrimonios, etc.
Es a esto a lo que se refiere el Apóstol Pedro en su Carta a las iglesias a Asia Menor al hablar de la "multiforme gracia de Dios" 1 Pedro 4:10